El expresionismo fue un movimiento cultural surgido en Alemania a fines del siglo XIX y principios del siglo XX como reacción frente a los modelos que habían prevalecido en Europa desde el renacimineto, particularmente en las anquilosadas academias de bellas artes.Por otro lado una reacción impresionismo frente al naturalismo y el carácter positivista. Los expresionistas defienden un arte más personal e intuitivo, donde predomina la visión interior del artista: la "extresión, frente a la plasmación de la realidad, la "impresión".
El expresionismo suele ser entendido como la deformación de la realidad para expresar de forma más subjetiva la naturaleza y el ser humano, dando primacía a la expresión de sentimientos más que a la descripción objetiva de la realidad. Era un movimiento artístico heterogéneo. Tenía una temática de soledad y de miseria, el expresionismo reflejó la amargura que invadió los círculos artísticos e intelectuales de la Alemania prebélica. El expresionismo defendía la libertad individual, la primacía de la extresión subjetiva, el irracionalismo, el apasionamiento y los temas prohibidos (lo morboso, sexual, fantástica o pervertida, entre otros) y la deformación emocional de la realidad. Los temas se exageran y se distorsionan con el fin de intensificar la comunicación artística. Sus trazos exagerados y la utilización de muchos colores violentos intensifica la extracción mostrando la realidad de una forma muy personal.
El expresionismo no fue un movimiento homogéneo, sino de gran diversidad estilística: hay un extresionismo moderno (representado en obras de Munch), fauvista (en obras de Rousseau), cubista y futurista (como las de Die Bruche), surrealista (representado por Klee), abstracto (representativo de Kandinski), entre otros.
Edvard Munch ha sido un pintor noruego cuyos cuadros y obra gráfica, tristes y angustiosas representaciones basadas en sus obsesiones y frustraciones personales, abrieron el camino al desarrollo del expresionismo. Nacido en Loeiten, Noruega, el 12 de diciembre de 1863, Munch comenzó a pintar a la edad de 17 años. Una beca estatal, concedida en 1885, le permitió proseguir sus estudios en París durante un breve periodo de tiempo. Veinte años después, en las ciudades de París y Berlín, Munch desarrolló la mayor parte de su producción artística. Tras una primera influencia de la pintura impresionista y postimpresionista, derivó hacia un estilo mucho más personal, obsesivamente apegado a la representación de imágenes relacionadas con la enfermedad y la muerte. La exposición de sus cuadros en Berlín en el año 1892 impresionó de tal modo a las autoridades que decidieron cerrar la muestra. Sin inmutarse por la contrariedad, Munch y sus partidarios trabajaron durante toda la década de 1890 en pro del desarrollo del arte expresionista alemán. De entre toda su obra, la más conocida es quizá El grito (1893, Museo Nacional de Oslo). Ésta, junto con el angustioso Niño enfermo (1881-1886, Museo Nacional de Oslo), reflejan el trauma sufrido por Munch en su niñez al morir su madre y su hermana víctimas de la tuberculosis. Pinta también tristes y melancólicas escenas, como El puente, con figuras lánguidas, de rasgos y rostros indefinidos. El reflejo de sus ansiedades sexuales puede verse en sus múltiples retratos de mujeres, representadas alternativamente, como frágiles e inocentes víctimas o como vampiresas devoradoras de vida. En 1908 su estado de ansiedad alcanzó tal magnitud que hubo de ser hospitalizado. En 1909 regresó a Noruega. La relativa tranquilidad que dominó su vida desde 1909 en adelante tiene su reflejo artístico en los murales de la Universidad de Oslo (1910-1916) y en el vigoroso y brillante colorido de sus paisajes. Aunque los últimos cuadros no son tan torturadores como sus primeros trabajos, su último autorretrato, Entre el reloj y la cama (1940, Museo Munch de Oslo), marca una vuelta a la introspección de años anteriores. Las numerosas xilografías, aguafuertes y litografías que Munch realizó a lo largo de su carrera tienen hoy día una significativa consideración dentro del arte gráfico contemporáneo, un trabajo y un estilo que puede definirse como poderoso, simple, directo y fuerte. Son muy pocos los cuadros de Munch que se conservan fuera de Noruega, entre ellos figura Atardecer. Laura, la hermana del artista de 1888 que se encuentra en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid. Para desarrollar el tema de este movimiento me concentre en la obra "El Grito" de este autor:
"El Grito"Edvard Munch-1893 Óleo, temple y pastel sobre cartón.
89 x 73,5 cm.
National Gallery. Oslo
El grito es el título de varios cuadros del noruego Edvard Munch. La versión más famosa se encuentra en la Galería Nacional de Oslo y fue completada en 1893. Otras dos versiones del cuadro se encuentran en el Museo Munch, también en Oslo, mientras que una cuarta versión pertenece a una colección particular. Munch realizó también una litografía con el mismo título.
En los últimos años, la obra, en dos versiones diferentes, ha sido objeto de sendos robos de gran repercusión mediática. La versión más conocida, la de la Galería Nacional, fue robada en febrero de 1994, y fue recuperada en una acción policial ocho semanas más tarde. En agosto de 2004 se produjo el robo de otra de las versiones del cuadro, una de las expuestas en el Museo Munch. Dos años después, el 31 de agosto de 2006 la policía noruega anunció la recuperación de la pintura, en buen estado.
Todas las versiones del cuadro muestran una figura andrógina en primer plano, que simboliza a un hombre moderno en un momento de profunda angustia y desesperación existencial. El paisaje del fondo es Oslo visto desde la colina de Ekeberg. El grito está considerado como una de las más importantes obras del artista y del movimiento expresionista, constituyendo una imagen de icono cultural, semejante al de la Gioconda de Leonardo da Vinci.
El cuadro es abundante en colores cálidos de fondo, luz semioscura y la figura principal es una persona en un sendero con vallas que se pierde de vista fuera de la escena. Esta figura está gritando, con una expresión de desesperación. En el fondo, casi fuera de escena, se aprecian dos figuras con sombrero que no se pueden distinguir con claridad. El cielo parece fluido y arremolinado, igual que el resto del fondo.
89 x 73,5 cm.
National Gallery. Oslo
En los últimos años, la obra, en dos versiones diferentes, ha sido objeto de sendos robos de gran repercusión mediática. La versión más conocida, la de la Galería Nacional, fue robada en febrero de 1994, y fue recuperada en una acción policial ocho semanas más tarde. En agosto de 2004 se produjo el robo de otra de las versiones del cuadro, una de las expuestas en el Museo Munch. Dos años después, el 31 de agosto de 2006 la policía noruega anunció la recuperación de la pintura, en buen estado.
Todas las versiones del cuadro muestran una figura andrógina en primer plano, que simboliza a un hombre moderno en un momento de profunda angustia y desesperación existencial. El paisaje del fondo es Oslo visto desde la colina de Ekeberg. El grito está considerado como una de las más importantes obras del artista y del movimiento expresionista, constituyendo una imagen de icono cultural, semejante al de la Gioconda de Leonardo da Vinci.
El cuadro es abundante en colores cálidos de fondo, luz semioscura y la figura principal es una persona en un sendero con vallas que se pierde de vista fuera de la escena. Esta figura está gritando, con una expresión de desesperación. En el fondo, casi fuera de escena, se aprecian dos figuras con sombrero que no se pueden distinguir con claridad. El cielo parece fluido y arremolinado, igual que el resto del fondo.
Flor lindo blog! Recomiendo color, onda y mas grande la letra! XOXO
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